Dolor
Escribir el dolor. Las fotos que sacó y los círculos en que ando. Profetas y mesias. Las flores de un gigante, la foto y los poemas.
Los días que estuve en Uruguay estuve dolorido de la espalda, más en la cintura que en la espalda, algo que acarreo desde hace tiempo. El año pasado decidí ir a un médico y me dijo que sí, estaba como gastados los discos y no recuerdo que más, y que era el paso del tiempo y que tenía que evitar ciertos movimientos, fortalecer algunos músculos y no mucho más.
Aunque estuve entre incómodo y dolorido los 4 días que estuve en Uruguay cuando escribí algo sobre esos días en mi envío anterior nunca mencioné el dolor. Me quedé pensando en esto, en qué es lo que uno dice y lo que no, o qué lo que traigo acá y lo que no.
El último día, que fue el día que envié el news anterior fue el peor, el dolor se hizo cada vez más fuerte hasta que tuve que pedir una ambulancia para que me de un calmante mientras me decían que el barco que me iba a traer de vuelta desde Montevideo estaba cancelado y nos iban a mandar de vuelta desde Colonia.
La médica de emergencias que me atendió dentro de la ambulancia, sobre la explanada que da al edificio del puerto me preguntó sobre mi historial médico y sobre el inicio y el recorrido del dolor antes de decidir inyectarme un calmante. Luego, y antes de dejarme, me dijo que tenía que hacerme ver esto, que no estaba bueno que se me haga crónico. Me lo dijo con un tono y un gesto en el que sentí preocupación y ternura. Lo que no esperaba de una médica de urgencias en una ambulancia.
Estoy convencido que muchas de las cosas importantes te las dice gente que está lo suficientemente lejos de uno.
Hace unos días casi se incendia Roma. Se prendió fuego el tablero de Edesur, eso generó un principio de incendio en el tablero interno del bar y por suerte sabían usar bien el matafuego y lo detuvieron a tiempo. Al otro día escribí un texto que pusimos en el instagram del bar y puse las palabras de tal manera en que muchos pensaron que se había prendido fuego el bar mucho más que lo que en realidad se prendió.
Me escribió un montón de gente, mucha de la cuál hace mucho no veo. Me hizo pensar en el poder de las palabras cuando son para contar algo así. Nada de eso pasa acá, acá no hay incendios, es solo el tránsito cotidiano de mis cosas puesto en palabras y fotos.
El otro venía caminando con Aurora y hablando de qué íbamos a hacer en el día le dije que yo iba a escribir. Ah, sí, vos escribís, me contaste de los libros, me dijo. Le conté de esto que escribo acá, ya le había hablado pero fue la primera vez que me preguntó más, le dije que hablaba de las cosas que pensaba, de lo que me pasaba, que escribía mucho de ella y Vicente y que alguna vez si ella quisiera lo iba a poder leer. Y en eso me quedé: en ellos leyendo esto.
En el tiempo que pasó y que pasa, en qué verían acá de mí.
Hace unos años me contacte con un señor mayor rastreando la historia de empresas de bebidas argentinas, este tipo era parte de la familia Pini, que supo tener muchas, entre ellas Pineral. Pioneros de la industria local. Él tenía como 90 años y compartimos unas charlas que pasaron a ser de la vida. A mí me gusta escuchar sobre la vida de las personas y hay muchas personas que le gusta contar y no encuentran a quien. Me gusta ser ahí, el que escucha en la distancia. Como el que dice en la distancia pero de otra manera.
Nos mandamos unos mails antes de dejar de vernos y tengo uno de él marcado como no leído que es una forma torpe que tengo de archivar algunos pocos mails.
Ahí dice, no recuerdo a cuenta de qué conversación: “No te preocupes, yo tuve seis!!La gran hazaña consiste en cumplir con ellos y con la Madre, por supuesto, sin alterar demasiado tu hoja de ruta de tu vida. Aquella que nos propusimos para no convertirnos en almejas!
Cumplir, hoja de ruta, propuestas, aquello, almejas. La hazaña. Marcado como no leído como una forma de recordar. Eso, esto, que alguna tal vez lea Aurora.
Vicente me empezó a preguntar cosas sobre religión. No sé de donde viene pero preguntó por dios y terminé hablando de politeismo y monoteismo. Hablando de la pascua encontré el cassette de lo que me enseñaron en el colegio, de Jesús como uno de los profetas entre tantos de su época que cuando resucitó mostró que él era el elegido. Esto, para los que creen en eso.
Unos días antes de esta charla estaba en el cumpleaños de mi cuñado y un amigo de él empezó a hablar de como veía con su mujer que cuando cada uno por separado se ocupaba de los chicos todo era más fácil, y que algo entonces daba que pensar sobre como funcionaban las cosas cuando estaban juntos. Que tal vez mejor criarlos separados. Lo dijo más o menos así, sin metáforas, sin parábolas.
Pensé en él como un profeta, un mesías, una de esas personas que dicen algo que se sabe pero no esta dicho. Sobre un montón de cosas. Algo que se vive pero no esta dicho. Alguien que crea en palabras. Que hace algo con lo que todo el resto no logra decir mucho.
Esta foto la saqué en una caminata matutina, y en un momento, este señor, con el cuerpo doblado sobre sí mismo, se vio por un instante con su cabeza casi invisible, y tras él, apareciendo la cara de la publicidad política como si fuera su cabeza, la de un gigante deforme. Y todo ahí, entre las flores, el cono que lo protege y la manguera que le da el último impulso de vida a las plantas muertas.
No lo que escribo, pero sí lo que veo en la foto me gusta pensarlo como un poema posible de esos que no escribo más.
Gracias por leer.